Hoy nos metemos de lleno en la traducción audiovisual para los más peques de casa: la traducción de guiones de doblaje de dibujos animados. A simple vista, puede que a muchos les parezca más sencillo traducir para un público infantil que para un público adulto, pues el tipo de lenguaje y registro empleados son más fáciles de comprender para todo el mundo.
No obstante, en el presente artículo vamos a intentar resumir todos los aspectos y consideraciones que un traductor audiovisual debe concebir a la hora de enfrentarse a la traducción de obras audiovisuales como, por ejemplo, La Patrulla Canina.
Traducción para un público adulto vs. público infantil
Lo primero que hay que tener en cuenta es quién es el lector meta o, en este caso, la audiencia meta, pues la forma de abordar una traducción varía bastante dependiendo de quién la vaya a recibir. El texto origen siempre va a presentar los mismos tipos de dificultades traductológicas generales (de terminología, elementos culturales, registro, etc.).
Por lo tanto, según la audiencia meta, lo que variará será la forma en la que el traductor audiovisual aborde los problemas y les dé solución. A continuación, hablamos sobre los aspectos principales que caracterizan al público infantil.
Características principales del público infantil
En este apartado vamos a comentar las dos particularidades fundamentales de los niños como público meta:
- Menor conocimiento del mundo que les rodea. Al tratarse de niños, su conocimiento sobre el mundo exterior es mucho más limitado. No conocen suficientemente su propia cultura y, por ende, desconocen otras culturas. Esto ya supone una problemática en la traducción de elementos culturales.
- Menor dominio de su lengua materna. Al igual que ocurre con el conocimiento externo, los niños poseen herramientas lingüísticas muy limitadas en su lengua. Esto limita al traductor a la hora de adaptar productos audiovisuales.
Traducción audiovisual de dibujos animados
Como ya hemos comentado, en este artículo nos centramos en la traducción de doblaje y no en la subtitulación. Por un motivo, en España se impone el doblaje por encima de la subtitulación, y en el ámbito de los dibujos animados esto se hace todavía más notable. Principalmente, porque los niños o bien no saben leer o bien no son capaces de seguir el ritmo de los subtítulos.
El doblaje presenta una serie de pautas que el traductor debe seguir. La traducción de guiones está limitada esencialmente por factores temporales (el texto traducido se debe ajustar a los movimientos de boca del personaje que habla).
Asimismo, el traductor debe producir un texto meta que suene natural en lenguaje hablado y, sobre todo en dibujos animados, el traductor debe captar las características del habla de cada uno de los personajes (por ejemplo, expresiones fijas, jerga, registros, muletillas…) y adaptarlas de la mejor forma posible para que generen el mismo efecto en la audiencia de llegada. Es decir, mantener la esencia del personaje que presenta en el idioma original de los dibujos animados.
¿Extranjerización o domesticación?
En relación con esta cuestión, el principal problema de traducción con el que nos encontramos es el de la traducción/adaptación de elementos y referencias culturales de un idioma/cultura a otro/a. Una vez más, esto es provocado por el tipo de audiencia. Un adulto posee más conocimiento, por ejemplo, de la cultura estadounidense, por lo que es más propenso a entender referencias y elementos propios de ese país en una película o serie, mientras que un niño, al tener un conocimiento mucho más limitado de dicha cultura, es más probable que no entienda estos elementos y, en consecuencia, el proceso de traducción y adaptación sea más complejo.
Ante esta situación, existen dos métodos muy comunes en traducción: la extranjerización y la domesticación.
La extranjerización consiste básicamente en conservar el elemento cultural en la traducción porque la audiencia lo va a entender igual o casi igual que el público nativo. Por el contrario, la domesticación consiste en adaptar y buscar un equivalente en la cultura meta que genere el mismo efecto en el público meta.
La segunda técnica es mucho más compleja y requiere un conocimiento bastante extenso del idioma y la cultura meta, así como un alto nivel de creatividad. Normalmente, si un elemento se puede adaptar, esta es la técnica preferente. Sin embargo, hay que destacar que, gracias a la globalización, la técnica de extranjerización se emplea cada vez más, puesto que los niños ahora saben más sobre otras culturas que antes.
El humor en los dibujos animados
Un elemento crucial de los dibujos animados es el humor. La traducción del humor es un mundo aparte, muy difícil de solventar. El traductor debe ser muy creativo y conocer muchísimo su cultura. Por norma general, los elementos humorísticos en los dibujos animados se tienden a adaptar en la medida de lo posible para que al público meta también le parezca gracioso. Pero, como hemos mencionado, no es nada fácil.
Traducción de canciones
Por último, nos gustaría hablar brevemente sobre el mundo musical que plaga la mayor parte de dibujos animados. La traducción de canciones no es una tarea fácil, por eso suele encargarse de ello un letrista y no un traductor, porque no se trata solo de traducir la canción, sino de adaptarla a la melodía y, para ello, hace falta la ayuda de expertos en el sector. El objetivo principal es mantener el sentido y el mensaje de la canción, y no la letra.
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María Díez Soria