Especializar – en la industria de los servicios lingüísticos existe una pregunta bastante recurrente en relación con el perfil de un traductor y su proyección de futuro. Esta es una cuestión que, de forma individual, se plantea todo traductor e intérprete desde antes de comenzar sus estudios, que le ronda durante el período de formación y se le impone como una verdadera duda profesional a lo largo de su carrera como especialistas en el lenguaje: ¿es necesario especializarse en el ámbito de la traducción e interpretación?
Las respuestas propuestas son variadas, y quizás algo previsibles, ya que dependen de la situación en la que se encuentre la persona que intente justificar una posición u otra. Seguramente el traductor especializado apueste por la especialización (lo cual hace con conocimiento de causa) y el traductor no especializado defienda más la opción de adquirir determinadas competencias en varias especialidades.
No obstante, como traductores, debemos tomar esta decisión tan crucial en algún momento de nuestras vidas. Así, tenemos que pararnos a reflexionar: “¿qué especialidad es la que más demanda tiene?, ¿debería especializarme en más de un área para tener más oportunidades?”. Lo que está claro es que especializarte en un campo concreto de la traducción puede brindarte más oportunidades de las que imaginas
Tipos de traducción: ¿cómo elegir tu especialidad?
Muchos traductores noveles piensan que especializarse implica cerrarse a muchos clientes potenciales, y que es mejor decir que traducen “de todo” y así abarcar el 100% de lo que ofrece el mercado. Este es un error muy común, y ahora explicamos por qué.
Imagina que, por el momento, decides no especializarte en ningún área concreta. De acuerdo: hoy mismo te llega un posible encargo para una traducción publicitaria, pero es muy probable que el cliente ya haya escrito a otros traductores al mismo tiempo que a ti. Si de entre todas esas personas hay alguien especializado en traducción de marketing, publicidad y transcreación, ¿a quién crees que contratarán primero?
Ahora imagina que quieres trabajar para una agencia de traducción que suele enviar diversos proyectos con textos de diferentes tipologías a un único traductor. ¿Crees que una empresa profesional podría confiar en un traductor que dice estar especializado en 10 ramas distintas (y muy dispares entre sí)? Lo cierto es que no, por mucho que seas capaz de traducir todos los textos.
En definitiva, hay que intentar conseguir clientes centrándonos en sus necesidades y ofreciéndoles lo que realmente buscan. Esto solo se consigue a través de la especialización.
¿Cuántas especialidades debería tener un traductor?
La respuesta más honesta es que, cuantas más, mejor; siempre y cuando la calidad ofrecida sea óptima y se haya recibido formación específica o se tenga la suficiente experiencia como para avalarla.
De todas maneras, un traductor, de media, suele ofrecer entre 2 y 3 especialidades distintas, si bien complementa sus servicios con 2 o 3 más. Lo ideal es que, si son muchas, estén relacionadas entre sí, y si son pocas, sean muy concretas. Es evidente que no tendrás problemas para traducir otro tipo de documentos pertenecientes a ámbitos diferentes, pero aquí el objetivo es centrarse en cómo vender un servicio lingüístico y cómo enfocar las especialidades de forma correcta.
En cuanto a los campos de especialización disponibles, son innumerables, pero los que cuentan con más salidas profesionales (y son más demandados) son: traducción médica, traducción jurídica, traducción audiovisual, traducción de videojuegos, subtitulación, traducción de guiones para doblaje, traducción económico-financiera, traducción jurada, traducción farmacéutica, traducción publicitaria y transcreación, etc.
¿Tengo que especializarme justo después de terminar la carrera?
Es probable que estés planteándote tu especialización porque acabas de salir de la universidad (o estés a punto de hacerlo) y no sabes muy bien si continuar estudiando para conseguir un CV que te haga destacar.
Todos los estudiantes tienen (o han tenido) las mismas preocupaciones y expectativas que tú en este punto de sus vidas académicas y profesionales.
¿Realmente te tienes que especializar justo después de terminar la universidad, aun disponiendo de un título que te avala como traductor? Pues, ciertamente, este es el mejor momento para ampliar tus estudios y avanzar en tu carrera profesional.
Siempre hay que estar dispuesto a dedicar un tiempo a nuestra formación con el fin de mejorar el perfil profesional con el que queremos proyectar nuestra imagen corporativa y vender nuestros servicios de manera continua.
Por ello, para especializarte, cuentas con distintas opciones:
- Cursar un máster de especialidad o realizar cursos o talleres de formación, como la gran variedad que ofrecemos en el CETI.
- Formarte por tu cuenta y conseguir un mentor (traductor) que te ayude a mejorar
La importancia de la especialización
Existen múltiples causas para especializarse en el sector de la traducción, pero hemos querido destacar dos:
- Es fácil entender que cuanto más sabes de un tema y más experiencia tienes, mejores serán los frutos de tu trabajo. Además, con cada encargo nuevo que recibas, irás adquiriendo más reconocimiento sobre tu especialidad. Al cabo de un tiempo, te convertirás en todo un profesional de una rama concreta de la traducción, sin necesidad de invertir todo el tiempo que tendrías que haber dedicado si finalmente hubieras optado por ser un traductor más generalista.
- Si dar el salto al mundo profesional es difícil de por sí, no tienes que complicarlo más de la cuenta. No existe mejor manera de diferenciarse en un mercado tan activo (y competitivo) como el de la traducción que especializándote.
En resumen, la especialización es una decisión que solo puedes tomar tú. Sin embargo, siempre puedes probar hasta que averigües cuál es tu propósito, o hasta que encuentres algo que realmente disfrutes traduciendo y que además descubras que se te da bien.
Si estás interesado/a y quieres conocer más información al respecto, no dudes en contactarnos en info@elceti.es o entra en nuestra página web El CETI y estaremos encantados de ayudarte.
Mercedes Pajuelo