La Traducción Audiovisual (TAV) es uno de los ámbitos de la traducción que cuenta con una mayor presencia en la actualidad, pues el público lego es mucho más consciente del proceso de traducción que hay detrás de una película o serie.
Asimismo, la demanda de traductores audiovisuales es cada vez mayor, ya que la cantidad de producción de contenido audiovisual crece cada día.
Las plataformas streaming, como Netflix o HBO, son las principales demandantes de TAV.
¿Quién no ha visto una película/serie doblada o subtitulada?
A continuación, vamos a hacer un repaso histórico sobre el origen de la Traducción Audiovisual y sus dos vertientes principales.
Como es obvio, la TAV está relacionada con la aparición del cine, a finales del siglo XIX.
No obstante, ¿cómo surge realmente la necesidad de traducir “mensajes audiovisuales”?

Origen de la Traducción Audiovisual
A pesar de que el cine nace en el siglo XIX, no es hasta las primeras décadas del siglo XX cuando empieza a desarrollarse y tomar importancia.
Como es bien sabido, las primeras películas pertenecían a lo que hoy conocemos como “cine mudo”. Es aquí cuando surge la primera forma de TAV. Aunque en el cine mudo no existiese el lenguaje verbal, disponían del lenguaje icónico y no verbal (universal). En este momento tan prematuro del cine todavía no había necesidad de traducir, pero se empleaban dos recursos para facilitar la comprensión de las películas:
Los intertítulos: pequeños rótulos que aparecían entre las escenas de las películas para poner en contexto al espectador. Son considerados los antecesores de los subtítulos.
Figura del orador: se encargaba de explicar lo que ocurría en ciertos momentos de la película.
La primera película en introducir los intertítulos fue Scrooge o El espectro de Marley (1901).
El inicio de la exportación de películas a otros países origina la primera noción de traducción audiovisual: se necesita traducir los intertítulos. Esta necesidad se considera el primer recurso de traducción textual en el mundo del cine.
Del cine mudo al cine sonoro
Unas décadas más tarde, comienza a dejarse atrás el cine mudo y se empiezan a producir películas sonoras con diálogos entre los personajes. Por lo tanto, los intertítulos y la figura del orador dejan de ser necesarios.
La película pionera con diálogos sonoros es The Jazz Singer o El cantante de jazz (1927). Cabe resaltar que gran parte de la película era muda, pero supuso un boom en el cine sonoro.
Debido al surgimiento del cine sonoro, aparecen nuevas necesidades de adaptar los productos audiovisuales. Es aquí cuando comienza una etapa de experimentación:
En primer lugar, se graban versiones multilingües de las películas, pero estas no son exitosas debido al coste económico, pues se grababa la misma película varias veces con un reparto distinto; y, por otro lado, la audiencia, que no estaba del todo conforme con el resultado, solía preferir al reparto original.
Después, se valoran otras opciones: recuperar los intertítulos y fundirlos con la imagen. Es en este momento cuando surgen los subtítulos como estrategia de adaptación de productos audiovisuales.
En 1929 se proyecta en París El cantante de jazz, con subtítulos en francés, pero no alcanza el éxito esperado.
Es entonces cuando se plantean otras estrategias: el doblaje y las versiones multilingües.
En 1930 se abren en Europa los primeros estudios de grabación, concretamente en Joinville (Francia), de la mano de Paramount. Estos estudios se dedican a la creación de versiones multilingües y, finalmente, al doblaje de las películas. Esta última técnica es la favorita en muchos países de Europa.
¿Doblaje o subtitulación?
En este momento, se crea una división entre la subtitulación y el doblaje. La primera técnica era mucho más económica que la segunda.
La subtitulación prima en países más pequeños como Holanda, Bélgica, Portugal, Hungría, Croacia, Noruega y Suecia, entre otros.
El doblaje predomina en países como Alemania, Francia, Suiza y España.
En el caso de España, se impone el doblaje, pero a partir de los 90 y los 2000, la evolución en los formatos audiovisuales (DVD y BlueRay) y la aparición del TDT impulsan el uso de la subtitulación.
En el presente, el doblaje y la subtitulación conviven entre sí. A pesar de que en algunos países continúe predominando una técnica u otra, gracias a las plataformas streaming se vuelve mucho más factible la posibilidad de ver una película en versión original con subtítulos.
Como profesional de la Traducción Audiovisual, debes ser capaz de navegar entre estas dos vertientes y conocer sus diferencias.
En el CETI, ofrecemos dos formaciones relacionadas con la subtitulación para que puedas especializarte en esta área de la traducción:
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María Díez Soria